23 octubre 2008

El factor humano en la medicina familiar


Médico de Familia
   Seguramente habréis tenido que visitar a vuestro médico de familia -antiguo médico de cabecera-en alguna ocasión en la población en la que vivís; aunque sólo haya sido para tratar una simple gripe o infección.

   Yo últimamente he tenido que ir asiduamente por el embarazo de mi mujer, y anteriormente por los problemas de mi ciática. Desde que empezamos a ir al médico, hemos tenido tres facultativos en medicina familiar. Al principio nos asignaron un doctor muy joven, varón, no creo que llegara a la treintena, se le veía muy infeliz en su trabajo que probablemente no le agradaba demasiado, o tenía algún problema con el destino que le habían asignado, porque era de lo más antipático e inhumano que te puedes echar a la cara. No te miraba directamente a los ojos, no te contestaba si le preguntabas algo, y siempre tenía una frase cortante para decir que los análisis y las pruebas eran los que mandaban y que ya veríamos lo que se hacía... Unos meses más tarde nos comunicaron que había pedido destino en otra ciudad de la provincia de Barcelona y que ya no lo tendríamos más como médico familiar.

   Después, la plaza vacante fue ocupada por una doctora, también bastante joven ella, de unos treinta y pocos años de edad; si el descontento había reinado con el médico anterior, con la nueva la cosa fue a peor. El trato dispensado en su consulta podría ser comparado al recibido por cualquier camarera de bareto de mala muerte; te hablaba siempre de tú despectivamente, cuestionaba casi siempre lo que le explicabas en relación con los síntomas de la dolencia en cuestión, incluso se atrevía a manifestar, cuando se le solicitaba el trámite de una baja laboral, que aquello era una pérdida de tiempo y que ella no estaba para rellenar partes de baja o hacer tareas administrativas.

   Sin embargo, a la tercera fue la vencida. No contentos con la doctora anterior, solicitamos en la seguridad social que nos asignaran otro médico que alguna vez había asistido a mi mujer y que, realizando alguna suplencia de verano, nos había causado una grata impresión. Se trata de un señor bien entrado en la cuarentena, de aspecto algo nórdico o centroeuropeo ya que parece ser que es de ascendencia extranjera por el segundo apellido que consta en el cartel de su consulta. Las incomodidades dispensadas por los otros dos médicos se iban a desvanecer de golpe: este médico era verdaderamente nuestro médico, un hombre dedicado a la medicina que se preocupaba por nuestra salud, que te llamaba por tu nombre, con sentido del humor, sensible y humanamente cercano, ya que rara vez es la que no te toca con su mano en el hombro o te hace alguna gracia. Fijaos si es profesional, que a pesar de las condiciones de estrés en las que se ve que trabaja, siempre te atiende, llegues cuando llegues a su despacho, y a pesar de haber concluido él su jornada laboral diaria.

   Por todo lo anterior, quiero afirmar que el factor humano en la medicina familiar se está perdiendo. Un médico no debe ser simplemente una persona que prescribe pruebas y análisis; aunque éstos se tengan que realizar necesariamente para obtener unos diagnósticos más objetivos y acertados. El médico de cabecera debe ser ante todo un sanador, la persona de mayor confianza en lo que a tu salud se refiere, aquel profesional de la medicina que se preocupa por tu persona y que siempre empieza su relación contigo diciéndote: ¿cómo te encuentras fulanito/a?

   Considerando la medicina como una profesión del todo vocacional, en la que el objeto principal de su aplicación, no son unos meros cuerpos humanos, impersonales, repletos de órganos, fluidos, y otros elementos anatómicos, sino personas, sí personas con sus nombres y apellidos, que se merecen un trato cuando menos digno, respetuoso y amable; abogo en favor del médico de familia humano, el que me cura en todos los sentidos del término, y repudio al simple científico de la medicina, que sabe de todo menos tratar con personas y ser el profesional que me cura.

10 comentarios :

Ignigo dijo...

¡Me alegro de que por fin hayas encontrado un médico en condiciones!.

Yo desde hace muchos años he tenido la misma doctora, una mujer bastante joven y que siempre me ha tratado muy bien, de manera muy amable y que además con el paso del tiempo y los años ha ido conociéndonos a toda la familia poco a poco, estando al corriente de todos nuestros problemas y dolencias.

Pero debido a que ya tenia muchos pacientes, hace unos meses, el Servicio de Salud decidió cambiarnos de médico.

Ahora tengo un médico bastante mayor de edad, un poco frió y diría que hasta extraño, que en un principio no me causo muy buena impresión. Pero bueno, poco a poco y gracias al trato que estoy teniendo con él estas ultimas semanas por mis problemas de ciatica ha ido ganándose mi confianza, y aunque como digo al principio no me agrado demasiado, poco a poco ha ido convenciéndome.

Andybel dijo...

.-IGNIGO: Pues me alegro yo también de que te vaya bien con este nuevo médico.

.-Yo no es que exija demasiado en el doctor; pero sí que reclamo, al menos, un trato correcto, afable y humano.

.-Saludos y que te mejores de la ciática.

Marta dijo...

Tuve una Doctora que era una joya, pero como todo lo bueno se acaba, llegó el día en que fue trasladada, desde entonces evito ir al médico!!! Ahora me pago un seguro privado y arreando.

Andybel dijo...

.-MARTA: Sencillamente, lamentable; penoso que tengas que pagar, aparte de tu bolsillo, por tener una sanidad digna.

.-Los poderes públicos nos quieren vender, y ya llevan más de 30 años así desde la instauración de la democracia en nuestro país, que somos un país de los más avanzados del mundo y patatín, patatán; pero lo cierto es que nuestros servicios públicos, no sólo los sanitarios, distan mucho de la calidad de los de otros países europeos, como por ejemplo, los de los escandinavos.

.-Que te vaya bien con tu médico, profesión que me merece la máxima admiración y respeto. Además, creo que soy un doctor frustrado, ya que mi abuela, la única que he conocido viva, insistía en que me dedicara a la medicina. Yo siempre le contestaba: "pero abuela, cómo me voy a hacer médico, si el simple hecho de ver sangre o una herida abierta, me descompone totalmente..." En fin, en otra vida será...

.-Saludos y suerte en todo.

Ignigo dijo...

Os recomiendo que veáis si podéis el documental "Sicko", a estas alturas no voy a defender la Sanidad Publica de nuestro país, pero viendo este documental seguro que veis las cosas de otra manera.

Hay países donde la cosa funciona mucho peor.

Andybel dijo...

.-IGNIGO: Gracias por la recomendación del documental.

.-Seguro que hay otros países que están peor que nosotros; pero eso no debe de ser obstáculo para aspirar a unos servicios sanitarios que estén a la altura de los mejores países de la Tierra.

.-Saludos.

Martín Grosz dijo...

Por suerte quedan médicos como quien ahora se encarga de tu salud. Y, por desgracia, aún existen profesionales que te tratan como si fueras un mero saco de sangre y huesos que no merece ser tratado con cordialidad, ser informado detalladamente de lo que le ocurre, ni ser tenido en cuenta como algo más que un simple número.

No conozco un sustento científico sobre el cual basarme para decir esto, pero no me sorprendería que los médicos que tratan humanamente a sus pacientes consigan mejores resultados médicos en sus pacientes.

Hasta pronto...

C.C.Buxter dijo...

Me parece a mí que ese doctor que pidió destino en "otra localidad de la provincia de Barcelona" se vino a Santa Coloma... Yo no he tenido que padecerlo nunca, pero por lo que me han contado familiares y amigos es lo más estúpido y amargado que uno pueda imaginarse, tratando maleducadamente y casi con desprecio a los pacientes. No hay que pedir siquiera que sean simpáticos, simplemente que traten a los demás con respeto, como hace cualquier persona normal...

Yo la verdad es que casi nunca me pongo malo, y creo que hace ya más de dos años que no voy al médico. Sin embargo, las pocas veces que he ido ha sido con doctores diferentes. De toda la vida me había atendido el mismo doctor, pero últimamente los cambian a menudo. Lo esperpéntico es que hay algún doctor extranjero que domina con dificultad el castellano (el catalán supongo que ni sabrá lo que es), y si hay problemas de comunicación entre paciente y doctor, pues ya me explicarás...

Ay, como me gustaría ser paciente del doctor House: vale que te trata fatal, pero al menos él te salva la vida.

Andybel dijo...

.-MARTÍN: Efectivamente, has resumido en tu defenición lo que quiero comunicar en mi post.

.-En cuanto a lo que dices de los resultados médicos mejores del "médico-humano" que los del mero "sólo-médico-científico"; convengo contigo y te digo que estoy totalmente convencido de que es así. La empatía doctor-paciente crea sinergias en nuestro organismo y en nuestra mente que pueden obrar cuasi milagros en nuestra sanación. Desgraciadamente, tampoco tengo fundamentos científicos experimentados para poder decirlo; pero tengo fe en mi afirmación.

.-Te contaré una curiosidad anecdótica: los antiguos romanos, tampoco sabían por qué los baños regulares de agua en general, y alternando las temperaturas de los mismos en concreto, beneficiaban mucho la salud en enfermedades como el asma, el reuma, etc. Y sin embargo, estaban tan seguros de sus bondades que crearon hasta un sistema público de termas a todo lo largo de su imperio para fomentar entre la creciente población la higiene y la salud.

.-En el caso que apuntamos de los médicos, seguro que es como la mayoría de los comentaristas opinamos.

.-Saludos y hasta otra.

Andybel dijo...

.-CHARLIE: Suerte la tuya pues no necesitas al médico hace años.

.-Efectivamente, sólo espero de los médicos dos cosas, resumiendo. que me resuelvan mi problema de salud y que me traten con dignidad, nada más. Hay algunos a los que se les ha olvidado lo segundo.

.-Ahora, sin embargo, estamos muy contentos con el que tenemos. Lo tiene todo, de lo bueno que se puede esperar de un médico.

.-Saludos desde "El Factor Humano en la Medicina Familiar" desde Cosas y Casos de Andybel.