Antes de nada, dar las gracias al amigo Martín -bloguero argentino- que desde su blog "Caja de Cambios" me regaló unas cuantas ideas para publicar en mi blog en estado de letargo.
Después de casi tres meses de experiencia como padre primerizo, he de decir que he aprendido mucho. Cosas que pensaba que ya tenía maduradas y dominadas de mi conducta, se me han revelado incompletas y por desarrollar.
Ahora mismo, y a bote pronto, se me ocurren las tres primeras lecciones como padre primerizo que he tenido la ocasión de experimentar en mi periplo paterno.
La primera de ellas es la lección de la "paciencia". Ya entrado en la cuarentena, creía que mi paciencia había alcanzado cotas altas de desarrollo y estabilidad, pero no era del todo cierto ya que aún tenía mucho que aprender. Cómo anécdota, contaré que hace un par de meses -mi hijo no tenía ni tres semanas de vida- se nos ocurrió hacer una pequeña excursión a un pueblo costero barcelonés. Hacía bastante calor para la fecha, los paseos y calles del pueblo estaban repletas de gente, el niño no paraba de llorar porque tenía hambre, y no encontrábamos un lugar idóneo para dar el pecho a mi bebé. Yo perdí los nervios y tirando al suelo la toalla que llevábamos por si el bebé devuelve, grité varios exabruptos inoportunos por aquella situación que me parecía, a todas luces, desesperante.
Tengo que decir que a día de hoy he mejorado mucho y mi autocontrol ha aumentado muchos enteros; todo sea por la educación y bienestar de mi hijo y de mi mujer.
La segunda es la lección del "amor". Otra cualidad que estaba por desarrollar. La verdad es que mi concepto y práctica del amor, se han desarrollado más porque ahora entiendo este sentimiento humano como un sacrificio y entrega "por" y "a los demás". A día de hoy, no creo que nadie pueda decir que ama verdaderamente a alguien, si no está dispuesto a sacrificarse por esa persona y a entregarse enteramente por ella.
La tercera es la lección de la "relatividad de todo en la vida". Evidentemente, un bebé humano requiere cuidados físicos y psicológicos las veinticuatro horas del día; somos la raza animal que más tiempo de crianza necesita para su total independencia como individuos. Esto, en los padres, desarrolla un estado de relatividad que hace que el resto del mundo pase a un segundo plano. Ahora vivimos por y para nuestro hijo; incluso nuestras necesidades como personas pasan a considerarse poco importantes si antes no se ha atendido completamente a nuestro niño.
Para finalizar, creo que estas tres lecciones son muy profundas e interesantes, y me gustaría que no sólo sirvieran a Martín para cuando tenga la ocasión de ser papá; sino también a todo aquél que esté interesado en la aventura de procrear y educar a otro ser humano.
13 comentarios :
Aun te queda mucho por aprender, pero claro, los primeros pasos dados como primerizo ya lo has aprobado, que no todos los "NOVATOS" papás,lo consiguen.
Pues a lo que te refieres de procrear, pues yo, como no lo haga como la sevillana... yo creo que no podría de otra forma(me refiero a la de los gemelos que por cierto ha muerto).
Felicidades, por vuestra paciencia .
Un abrazo
.-LOL@: Gracias. Está claro que el camino del aprendizaje paterno es muy largo y dura toda la vida.
.-Tú ya has cumplido con la naturaleza, con el estado y con tu familia. Así, que a descansar.
.-Nos leemos.
¿Has dicho descansar?.
¡Ojalá!. Lo triste,de lo de descansar nunca se produce,pero bueno los nietos tambien te dan bastante vitalidad y alegrias.
.-LOL@: Me alegro mucho de que todavía tengas esa energía y vitalidad para con los nietos.
.-Saludos.
Me encantó el post, Andybel!
El tema de la paternidad me resulta muy interesante justamente por todos estos cambios personales que tú tan bien explicas. Por eso me extrañaba que, en medio de esta experiencia tan rica y movilizante, no encontraras temas sobre los cuales escribir. Son cosas que resultan de gran "interés humano", como se dice.
Lo apunto: la paciencia, el amor y la relatividad de todo en la vida. Vaya pruebas a las que el pobre Héctor está sometiéndote. Lo bueno es que saldrás de esto con una gran evolución en todos esos aspectos.
Saludos desde Buenos Aires!
.-MARTÍN: Gracias a ti, focalicé mi creatividad y pude escribir de todo ello una vez que me despertaste de mi sutil letargo.
.-Héctor me somete a muchas pruebas; de hecho, hace algo menos de media hora, lo tenía encima de mis piernas, enfrente del ordenador, y he oído unos ruiditos que me hacían suponer lo peor: en efecto, Héctor se estaba haciendo sus necesidades sobre mí, y lo peor de todo es que en esta ocasión eran tan líquidas que se le escapaban del pañal y caían sobre mis muslos y al suelo de nuestro piso.
.-Su madre, mi esposa y compañera, con risas al enterarse por mis voces, ha dicho que ahora ya podía decir que mi hijo se había cagado encima de su padre... Ya ves.
.-Saludos y me alegro mucho de que tomes nota de estas ideas sobre las primeras lecciones de la paternidad primeriza, porque son de primera mano y las siento y experimento a diario, con lo de credibilidad que le dan estas circunstancias.
Buen post, Andybel, y muy buen sentido de la autocrítica. Si hay algo en la vida que siempre he oído que te hace madurar completamente es tener un hijo, al pasar éste a ser el centro de atenciones, lo que obliga a uno a mirarse menos el ombligo, claro está.
La verdad es que es una experiencia que no renuncio a tener pero que, hoy por hoy, la verdad es que no me apetece. Creo que me esperaré a tu edad, jeje. Un abrazo y no te preocupes, todos somos humanos y estoy convencido de que sabrás darle amor a tu hijo.
.-CHIRIVEQUE: Sí, es importante y muy saludable desde un punto de vista psicológico, hacer de vez en cuando algún ejercicio de autocrítica.
.-Puedes esperar a la edad que quieras, pero mira que cuando vayas a tenerlo, estés preparado de verdad.
.-Saludos.
Yo de momento con las sobrinas tengo suficiente, aunque como bien dices, tener un hijo tiene que ser una sensación especial y muy difícil de explicar.
¡Que lo disfrutes y a seguir aprendiendo !
.-IGNIGO: Disfruta de las sobrinas, pero cuando puedas y te llegue el momento, no dejes de ser padre...
.-Gracias, igualmente.
Mi experiencia tampoco va más allá de mi sobrino, pero creo que me hago una idea perfecta de la necesidad de paciencia, una virtud nunca bien ponderada... ¡Qué agotador, física y mentalmente, que es criar a un bebé! Eso sí, supongo que todo lo que se recibe a cambio de él merece la pena con creces.
Un saludo para el maestro y para el alumno :-)
.-CHARLIE: Ya lo creo que lo que se recibe a cambio de criar a un bebé merece la pena: se recibe amor; respuestas a los estímulos que tú, el padre o la madre, le presentas; compruebas cómo día a día va creciendo psicológica y físicamente; conoces aspectos de tu historia personal con mucha más profundidad y detalle, al ver reflejada tu vida en el bebé conforme va creciendo y haciéndose mayor; etc. etc.
.-Ser padre o madre es la experiencia vital más importante que uno puede experimentar.
.-Saludos y anímate cuando te llegue el momento de ser padre.
Muy bueno este post!! Yo sé de uno al que le va a venir muy bien!!
Publicar un comentario