
El tabaco no es bueno para nuestra salud y hay numerosos estudios médicos y científicos que así lo corroboran. Este enfoque, el de la salud, es el que se suele utilizar para luchar contra el tabaquismo; que no deja de ser una forma de drogadicción institucionalmente consentida. Ya sabemos todos los intereses económicos que hay involucrados en esa permisividad, e incluso promoción, del hábito pernicioso...
Pero yo quiero ver el problema desde otra perspectiva: la calidad de vida. Dejar de fumar supone alcanzar unas cotas de bienestar que te darán una calidad de vida de la que ahora no gozas. ¿O acaso ahora disfrutas cuando te da por hacer deporte? ¿quizás saboreas un buen plato de comida cómo es debido? ¿o duermes plácidamente como un niño? Si no fumas, seguramente, vivirás mejor.
Dejar de fumar es posible. Yo lo conseguí sin tratamiento alguno ni medicación. ¿Cómo? Por un lado, convenciéndome férreamente de que el tabaco era un peso en mi vida del que me debía deshacer. Y por otro, luchando contra el tabaco con una voluntad inquebrantable, haciendo deporte y sin miedo a las temidas recaídas.
Ánimo, podéis conseguirlo; y si ya lleváis bastante tiempo sin fumar, nunca digáis "soy exfumador". Simplemente decid, "ya no fumo."